sábado, 23 de enero de 2016

IMPORTANCIA DE LA SEGURIDAD EN OBRAS CIVILES



Actualmente, la seguridad en la construcción civil es un tema de gran preocupación ya que su relevancia abarca varios sectores de la población, tanto a los trabajadores de construcción, a las inmobiliarias, a las autoridades competentes y en especial a nosotros, quienes somos los consumidores finales.
Hemos identificado dos problemas principales en los que nos vamos a centrar:
1)      Inseguridad en las obras de construcción originada por el trabajo en sí y las negligencias de quienes están a cargo.
 2)      Inseguridad en las obras de construcción por amenazas de la corrupción que existe en el medio.
Visto desde la perspectiva moderna, el tema de la construcción está enfocado primordialmente hacia el “resultado”, mientras que los medios y las personas involucradas en el proceso suelen ser reducidas a simples factores de producción, reemplazables y dispensables.
Ante la creciente expansión del sector inmobiliario (al margen de la seguridad personal), tanto en el sector público y privado, existen alternativas de solución o al menos de regulación sobre este problema; para tratar de conciliar la gran demanda que existe en el sector construcción con los intereses y derechos de los trabajadores, quienes aparentemente son los más afectados por esta situación.
El problema de la inseguridad en la construcción civil puede ser enfocado desde 3 perspectivas, las cuales tienen una relación jerárquica entre sí.
En el plano económico, se observa que el sector inmobiliario está caracterizado por un notable crecimiento en los últimos años. En particular este sector se encuentra altamente relacionado con el crecimiento y desarrollo de otros ámbitos de la economía; por ejemplo, el aumento en la construcción de centros empresariales indica un desarrollo en otros mercados como el de servicios, intermediación financiera, incluso turismo. Del mismo modo, el mayor incremento de las construcciones se debe a la alta demanda interna por viviendas (departamentos) lo cual es un indicador de la mejoría en el poder adquisitivo de la población. Todo esto puede ser visto como un claro índice de desarrollo, sin embargo, como en todo sistema, encontramos fallas que a simple vista no son evidentes. Es posible inferir que, como en cualquier tipo de industria, lo que se busca es minimizar costos para alcanzar un mayor margen de ganancias; este objetivo no necesariamente es malo, pero cuando este empieza a afectar directamente a quienes se encuentran dentro del proceso productivo, es cuando se convierte en una causa del problema.
A pesar de lo mencionado anteriormente, el hecho de que existan accidentes causados por negligencias en la construcción no responde únicamente a una reducción en los gastos sino también a un problema de ideología tanto por parte de los empleados (obreros) como de los constructores (dueños). Entonces, desde el punto de vista de la sociología, el problema radicaría en la visión que tienen los dueños de las constructoras sobre la importancia de quienes trabajan en las obras. Si los reducen a simples factores de producción, reemplazables y dispensables, la seguridad e integridad física de los obreros se verá siempre comprometida. Es importante que estos jefes tomen conciencia de la enorme responsabilidad que han asumido, puesto que de su gestión depende la vida de muchos hombres y el bienestar de sus familias (esto ocurre para cualquier persona que está a cargo de muchos empleados, pero en mayor medida para quienes realizan trabajos que implican riesgos inherentes a la actividad). Sin embargo, dicha responsabilidad también está en manos de los propios trabajadores, quienes deben saber valorar su propia vida y reclamar, ante cualquier injusticia, que se les brinde un sitio de trabajo seguro con todos los implementos necesarios para no comprometerse físicamente. Hay un compromiso moral entre empleador y empleado que se debe cumplir.
Asimismo, el problema raíz viene dado por la ética. Si los agentes de este conflicto tuvieran dentro de su mentalidad la constante búsqueda del servicio a los demás, especialmente a los más próximos, entonces el problema de inseguridad sólo vendría dado por el riesgo inherente de la actividad que se realiza, mas no por el lado de negligencias humanas conscientes.
Con respecto al Estado y la Política sabemos que la participación del Estado es mejor y más eficiente si el este ejerce una función de suplencia ante las necesidades desatendidas (principio de subsidiariedad), si se reduce a lo que la sociedad civil no puede alcanzar por sí misma. El Estado debe buscar fomentar la iniciativa privada, especialmente en este sector específico en el cual los intereses económicos se encuentran con mayor importancia de por medio.
En este caso el Estado ha intervenido para poner un orden y velar por los derechos de los obreros; sin embargo, la corrupción dentro de la participación misma del Estado no permite alcanzar los objetivos trazados. Es aquí donde se hace urgente y necesaria la intervención de las partes involucradas, especialmente las empresas; éstas deben tomar riendas en el asunto, ya que son quienes están más cercanas a las situaciones de peligro que presenta para el obrero,
 “Quien no está acostumbrado a dar, se ve incapacitado de poder reconocer los dones que los demás tienen para ofrecer”

aterrizando un poco esta idea al problema que estamos abordando, podemos decir que una de las razones por las que los directivos de las empresas no toman atención al tema de la seguridad de sus trabajadores es debido a que no valoran el trabajo que estos realizan en las obras que están bajo su dirección.
Asimismo, los obreros no ven en su trabajo una actividad que los puede ayudar a mejorar como personas, que los dignifica y que puede contribuir al bienestar de los demás; sino que lo ven como algo que les proporciona los medios para sobrevivir y mantener a sus familias. Este, entonces, es un problema que viene acompañado de la inseguridad: la pobreza que aqueja a los obreros y sus familias. Es posible que, si la necesidad no fuera una de las prioridades de los obreros, estos no aceptarían trabajar bajo condiciones inaceptables en términos de seguridad.
En conclusión, el TENER MATERIAL  Y EL DINERO no debe ser una prioridad al momento de tomar decisiones en nuestra vida. Los jefes de construcción deben poner delante de sus intereses económicos la seguridad de las PERSONAS que tienen a su cargo, y los obreros deben priorizar su salud frente a la necesidad de un sueldo a costa de su seguridad.
especialmente las empresas que se dedican al negocio de la construcción ya que los obreros arriesgan su vida cada día.
Autores: María Alejandra Correa, María Paz Hurtado de Mendoza, María Karol Pacheco

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